La sentencia divina con la
que dios despidió a Adán y Eva del paraíso fue:
Y GANARÁS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE.
En mi opinión, esto abría
dos posibilidades:
1.- Acatar la sentencia.
2.- Revelarse contra ella.
Parece claro que optaron por
la primera opción.
Me interesa especular sobre
cómo habría evolucionado la sociedad si
hubiera decidido optar por
la segunda posibilidad.
Para empezar diré que me
parece más normal revelarse y tratar de
evitar la sentencia a toda
costa, en lugar de acatarla sin rechistar.
Por otra parte, pienso que
tampoco hubiera resultado demasiado
difícil, ya que para
alimentarse no había que cambiar los hábitos
alimentarios del momento,
basados en tomar los frutos que ofrecía
y sigue ofreciendo la
naturaleza.
No entiendo cómo se pudo
producir un error tan grande ante una
decisión tan sencilla.
Me ronda por la cabeza que
la “Sentencia” no nos ha llegado
completa.
Quizás pudo ser algo así:
TENDRÁS UN DUEÑO Y GANARAS EL PAN DE LOS DOS CON
EL SUDOR DE TU FRENTE.
Si fuera así entendería lo
sucedido, pero me falta la figura del “dueño”,
la cual se me antoja que se
nos ocultó porque desde el principio es la
figura del mal para la
inmensa mayoría de la humanidad y la mejor manera
de mantener su poder es no darse
a conocer.
En nuestros días el “dueño”
son los “mercados”, que sabemos que existen
pero nadie conocemos.
Les invito a reflexionar
sobre ello.